En esta entrada os dejo algunas de las obras que seleccionamos para el 8 de marzo, relacionadas con los objetivos marcados por la ONU para este año.
PLENO
PODER DE DECISIÓN. En todo el
mundo las decisiones que afectan a la vida de las mujeres siguen siendo
adoptadas por hombres. Hay que implementar leyes y políticas que aumenten las
cifras de mujeres en puestos de toma de decisiones en la política, las empresas
y las instituciones.
El libro que os recomendamos sobre este aspecto es: Reflexiones y propuestas para el liderazgo
femenino, dirigido por Sergio Martín Guardado, publicado por Aranzadi en 2023.
La obra supone una apuesta para promover el liderazgo femenino y
la consecución de la paridad en las organizaciones públicas y privadas, no sólo
desde una óptica representativa, sino apostando por una gestión paritaria en
sus ámbitos de decisión, a partir de las tesis de la democracia paritaria.
TOLERANCIA
CERO. Es preciso adoptar, implementar y financiar
leyes y políticas nacionales que dejen claro que la violencia contra las
mujeres no quedará impune en ningún caso, y apoyar a las organizaciones locales
de mujeres.
En este libro se reflejan avances significativos en la lucha
contra la violencia sobre las mujeres jóvenes y la construcción de una sociedad
más igualitaria y justa, pero también muestran la necesidad de abordar nuevos
frentes surgidos a la par de una sociedad cambiante, como el incremento de la
violencia a través de redes sociales y las nuevas tecnologías, el avance de
posturas entre hombres jóvenes que justifican o niegan la violencia contra las
mujeres, o el incremento de agresiones a población joven LGTBI.
ACABAR CON LA POBREZA. Casi una de cada diez mujeres vive en la pobreza extrema. Es necesario invertir parte de los presupuestos nacionales en el fortalecimiento de la protección social y los servicios públicos (en particular los de cuidados), a fin de combatir la pobreza y ofrecer a las mujeres las mismas oportunidades de prosperar.
JUSTICIA CLIMÁTICA. A medida que la crisis climática y la pérdida de biodiversidad se aceleran, las mujeres y niñas —en especial las que viven en comunidades rurales e indígenas— sufren de manera desproporcionada sus devastadores efectos; pero también son las primeras en aportar soluciones. Prioricemos los derechos de las mujeres y niñas y su liderazgo en la acción por el clima aumentando la inversión y mejorando su acceso a empleos respetuosos con el medio ambiente, por ejemplo, en esferas como los cuidados, la agricultura sostenible y la energía renovable.
Terminamos así esta semana con estas recomendaciones sobre temas tan interesantes, celebrando a nuestra manera, con libros, el Día Internacional de la Mujer. Con la esperanza de que la atención sobre estos objetivos no sea solo de un día al año.
Ana Cristina Rodríguez
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