Uno de los últimos libros recibidos en nuestra Biblioteca de Ocio y que forma parte de nuestro punto de interés actual es una selección de cuentos de la autora de la generación del 27, Luisa Carnés. La editorial Renacimiento en su colección Espuela de plata ha publicado dos volúmenes de cuentos. El primero, y al que dedicamos la entrada, recoge los cuentos publicados en España y toma el título de uno de ellos, Rojo y gris, el segundo volumen, titulado Donde brotó el laurel, recoge cuentos escritos en México.
De Luisa Carnés Caballero (Madrid, 1905 –Ciudad de México, 1964) yo no sabía nada hasta hace dos o tres años que encontré una crítica de su obra Tea Rooms : mujeres obreras en el suplemento cultural Babelia de "El País", pero rápidamente tuve curiosidad por conocer a la autora y la novela no me defraudó.
De formación autodidacta, Carnés, empezó desde muy joven a escribir cuentos que fueron publicados en prensa y antes del comienzo de la Guerra Civil tenía editadas tres novelas, Peregrinos de calvario, Natacha y Tea rooms, que mostraban su interés por los temas sociales y se encuadrarían en la narrativa social de preguerra representada por Ramón J. Sénder, José Díaz Fernández, etc. Desde 1934 sus colaboraciones en la revista Estampa son habituales hasta julio de 1936. El hecho de trabajar en Mundo Obrero y en Altavoz del frente, la lleva a Valencia donde trabajó en la redacción de Frente Rojo hasta que se trasladó a Barcelona en octubre de 1937 junto con la redacción del periódico. En enero de 1939 cruza la frontera de La Junquera por miedo a las represalias franquistas. En mayo de 1939 abandonó Francia junto a un gran grupo de intelectuales y científicos camino de México. Allí siguió trabajando en periódicos y escribiendo y toda su producción literaria está inmersa en su propia vida, siempre comprometida con la causa republicana denunciando a través de ellos la discriminación de la mujer y el acoso en el trabajo, una realidad que ella conocía mejor que nadie por su experiencia laboral desde muy joven.
Comenzó siendo simplemente una mujer de la clase trabajadora pero fue accediendo al grupo de mujeres intelectuales españolas y siempre fue defensora de la igualdad de mujeres y hombres y de la legitimidad de la República. Apoyó a Clara Campoamor en la defensa del voto femenino y entre esos temas sociales no dejó de preocuparse por los niños, los obreros, la guerra. Exiliada en México, también se preocupó y plasmó en su obra al pueblo indígena y siguió escribiendo para periódicos y revistas, aunque su deseo fue ver publicada su obra en un volumen que reuniera sus Cuentos españoles y Cuentos mexicanos. La edición que ahora tenemos ha llegado a cumplirlo.
Luisa Carnés murió un 8 de marzo en un accidente de tráfico cuando volvía de dar un discurso a la colonia española de exiliados en México, para celebrar el día de la mujer, valga este triste detalle para que nuestro punto de interés “Mujeres que cuentan” inaugurado el pasado 8 de marzo quiera recordarla.
El gran estudioso de su obra, Antonio Plaza Plaza es el encargado de la edición y la introducción de de estos Cuentos completos que os proponemos leer y seguro serán el mejor aliciente para que os introduzcáis en el mundo de Luisa Carnés.
Las tres páginas de El camarero triste o las cuatro de Un año de matrimonio por citar alguno de los 34 cuentos recogidos son una auténtica reflexión sobre que se esperaba de la vida en aquellos años escritos con un ligero sarcasmo más doloroso si cabe.
Para saber más de Luisa Carnés os recomiendo además de la lectura detallada de la introducción de los Cuentos comentados escrita por Antonio Plaza así como La escritora que no salía en la fotografía de la Generación del 27 o Luisa Carnés, la sinsombrero olvidada
María Dolores López
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