LEER ES VIAJAR


La Sagra (Toledo)

Nos vamos de vacaciones y queremos como siempre recomendar algunas lecturas que puedan  acompañarnos en nuestros viajes. Este año no tenemos muy claro si podremos salir de la ciudad o iremos al pueblo o como se llama ahora "segunda residencia", pero independientemente de lo que hagamos, creo que teniendo libros cerca, vamos a poder viajar, los libros nos llevan a cualquier destino del mundo y seguro que ese viaje nunca lo vamos a olvidar, no tendremos fotos que inmortalicen esas vistas o panorámicas de playa, ciudades, montañas, ruinas, pero en cualquier momento podemos abrir las páginas del libro y volver a revivir esas instantáneas.

En primer lugar quiero hacer referencia a dos ensayos. Y que son un ejemplo de los dos tipos de ensayo literario que se pueden dar, uno breve y otro más voluminoso.


El primero publicado en junio de 2020, reune tres de las C de la buena comunicación: claro, conciso y concreto. 
Se trata de "Un día en la vida de un virus" de Miguel Pita, doctor en Genética y Biología Celular y profesor de la UAM. ¡Y vaya virus! porque éste si que viaja por todo el mundo. De forma muy  didáctica nos explica a modo de manual el comportamiento del virus en nuestro cuerpo, lejos de terminologías de alto nivel científico. Hace reflexionar sobre muchos de los hábitos del ser humano y como alguno de ellos como el  "turismo desaforado" facilitan la propagación y su difícil contención. Así como actuales normas de educación que pueden proceder de comportamientos de antiguas pandemias (taparse la boca al estornudar o bostezar).




El segundo es un ensayo más extenso, de la filóloga y escritora Irene Vallejo, "El infinito en un junco: la invención de los libros en el mundo antiguo". Puedo decir que es una delicia de libro, que no quieres que se acabe, con un lenguaje muy cuidado, muy bien documentado y que conecta rápidamente con el lector.  Hace un verdadero viaje a través de la historia del libro, pasando desde la creación de la biblioteca de Alejandría en el siglo III a.C. hasta la destrucción de la biblioteca de Sarajevo en la guerra de Bosnia en agosto de 1992, de las bibliotecas monásticas del medievo al auge y éxito de las novelas del XIX. Pero sobre todo es una defensa por hacer visibles y reconocer a todas esas personas que fueron capaces de crear soportes para dejar plasmada la palabra, que construyeron edificios para conservar los libros, que protegieron ediciones únicas cuando no existía aún la imprenta, que inventaron formas de poder reproducir los libros, personas anónimas, que encuadernaron e iluminaron libros, curtidores, conservadores, manos artesanas e industriales, entre otros que a lo largo de la historia hicieron posible que la memoria del conocimiento, tradiciones orales y en definitiva la historia de la humanidad no desaparezca.
Por quedarme con alguna de las reflexiones de la autora me quedo con esta: "la decisión de leer es, al fin, un acto de insobornable libertad". Este libro fue editado en septiembre de 2019 y no es difícil entender porqué en menos de un año tiene ya cuatro premios y más de diez ediciones.



Podemos dar un salto a Japón de la mano de la escritora belga Amélie Nothomb con "Estupor y temblores" es una novela corta, casi podríamos decir autobiográfica donde describe perfectamente las relaciones laborales en una empresa japonesa. No me extraña para nada el título, realmente son temblores lo que deben de sentir algunos trabajadores, que se encuentran con un sistema laboral de sumisión, obediencia y tradición ancestral en algunos aspectos y que es difícil de romper. Según la tradición japonesa con estupor y temblores es como se tenían que presentar los súbditos japoneses ante su Emperador. Tenemos en algunos casos idealizada a la sociedad japonesa en cuanto al sistema industrial o de los negocios, pero aquí se reflejan los convencionalismos, lo absurdo de decisiones, la burocracia, los trabajos sin sentido y rutinarios, el rechazo por lo occidental  y la relación tóxica entre jefes y subordinados que rayan la denuncia. Para que esta realidad sea más digerible, la autora utiliza el humor a lo largo de todo el libro. La portada de Ana de Juan es todo un acierto, en esta edición conmemorativa de los 50 años de Anagrama.



Ahora nos vamos a trasladar a Massachusetts a 1840 de la mano de Louisa May Alcott, la autora de Mujercitas, pero no va a ser esta novela la que vamos a comentar. Se trata esta vez de un cuento  poco conocido: "Fruitlands: una experiencia trascendental", donde narra la experiencia de una familia que decide trasladarse a una comuna para seguir la filosofía de los transcedentalistas de Thoreau o Emerson. Experiencia que dura poco tiempo porque la vida ideal en armonía con la naturaleza chocará pronto con los rigores del frío invierno. La familia que describe es la de la propia escritora, ya que su padre Amos Bronson Alcott fue un educador y filósofo, que llevó a cabo varios proyectos, pero casi todos fallidos en cuanto a formas de vida y sistema educativo. Entre ellos el de vivir en esta comuna, lo intentó gracias a la ayuda económica de su mujer, pero la útopica vida fracasó, poniendo de relevancia la capacidad de trabajo de toda la familia para volver a seguir adelante.


Volvemos a Europa para adentrarnos en la zona de los Sudetes (montañas de Europa Central) a principios de los años 20 del siglo pasado de la mano de la escritora alemana Gudrun Pausewang y su novela "El prado de Rosinka: una vida alternativa en los años veinte". La escritora vivió con sus padres y hermanos en este enclave geográfico hasta 1945 cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, intentando "vivir y dejar vivir", como una vuelta a la naturaleza, y rechazamdo  la falsedad de la burguesia. Utilizando un estilo epistolar, recoge las cartas que recibe a partir de los años 70 por parte de un joven que está interesado en esa forma de vida y que le pide consejos para poder llevarla a cabo.
Es otro ejemplo de vida utópica no exenta de dificultades, carente de comodidades y que se vió truncada por el desenlace de la guerra. Era un puesta en práctica del consumo sostenido, del autoabastecimiento, dieta vegetariana, nudismo y de la vida plena en el bosque, que recuerda a movimientos actuales. Despierta interés por saber más del movimiento Wandervogel (aves de paso) que se dió en Alemania entre 1896 y 1933 al cual pertenecían sus padres.



Por último podemos viajar con Ryszard Kapuscinsky y sus "Viajes con Heródoto", de dos formas muy diferentes, por un lado desde la visión de Heródoto, en la búsqueda de la globalidad del mundo, de como conocer la totalidad y otra, tal como la ve el escritor polaco, a través de los pequeños detalles, de lo insignificante, aunando lo global con lo particular. De esta manera podemos partir a la  India, seguir a China, Etiopía o el Congo. Mezclando historias del ayer y de hoy. Peculiar forma de presentar el mundo como lo conocemos actualmente. En sus múltiples viajes como reportero siempre ha estado acompañado por el libro de viajes del historiador y geógrafo griego.




¡Seguro que tenéis un buen libro para viajar!


Cristina Rincón Moreno







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