Ida Vitale, Premio Cervantes 2018 y la poesía uruguaya.


La pasada semana se dio a conocer el nombre de la autora galardonada con el Premio Cervantes 2018, Ida Vitale. Para mí personalmente fue una buenísima noticia, pues es una poeta a la que admiro. 

Vitale, nacida en Montevideo en 1923, es considerada la gran representante de la poesía esencialista. Es la quinta mujer que recibe el Premio Cervantes, tras María Zambrano (1988),  Dulce María Loynaz (1992), Ana María Matute (2010) y Elena Poniatowska (2013). 

Estudió Humanidades y fue profesora en su país hasta que tuvo que exiliarse con la llegada de la Dictadura en 1973. También ha trabajado como traductora, ensayista y crítica literaría. En 1989 se instaló en Texas junto a su segundo marido, el también poeta Enrique Fierro,  hasta que en 2016 regresó a Montevideo donde reside en la actualidad.

En la BURJC no tenemos ninguno de sus poemarios completos pero si una obra que nos deja conocerla, con una magnífica selección de algunos de sus poemas más significativos: Poesía uruguaya, antología esencial, edición de Rafael Courtoisie publicado por Visor en su colección La Estafeta del Viento, que es un auténtico lujo de libro para los amantes de la poesía.

En dicha antología podemos conocer algunos de sus poemas incluidos en La luz de esta memoria, Palabra dada, Cada uno en su noche, Oidor andante, Jardín de sílice, Entresaca, Sueños de la constancia y Reducción del infinito, obras escritas entre 1949 y 2002.

Courtoisie en el prólogo hace un breve estudio del último siglo de poesía en Uruguay, estudiando desde los Novecientos (aquellos últimos años del XIX y los primeros del XX),  con sus dos corrientes,  la poética,  representada por Julio Herrera y Reissig, Roberto de las Carreras, Delmira Agustini o María Eugenia Vaz Ferreira y  la filosófica, representada fundamentalmente por Carlos Vaz Ferreira, gran descubridor y difusor de la figura del nicaragüense Rubén Darío en Hispanoamérica. Sigue analizando la vanguardia lúdica de las décadas de los años 20 y 30 y resalta con lo que él llama Calibre 45, el gran cambio en la sociedad uruguaya en los años 40 y 50. Resalta a Mario Benedetti como una de las figuras más sobresalientes de esta generación pero acompañado de Idea Vilariño, Amanda Berenguer y por supuesto de Ida Vitale, rupturistas e intransigentes, serios y revolucionarios. Continua con la generación del 60 y la llamada de la resistencia que ocupó los siguientes años, un repaso en fin de todo el siglo XX.


La poesía de Ida Vitale desde la perspectiva del siglo XXI, como nos indica Rafael Courtoisie, puede expresarse con la palabra ensimismamiento. El lenguaje vuelve sobre sí mismo.

Os dejo dos de los poemas de Vitale que encontraréis en el libro, La palabra infinito  y Gotas primero y último de los escogidos para esta antología.


LA PALABRA INFINITO

La palabra infinito es infinita, 
la palabra misterio es misteriosa. 
Ambas son infinitas, misteriosas. 
Sílaba a sílaba intentas convocarlas
sin que una luz anuncie su dominio,
una sombra señale a qué distancia de ellas 
está la opacidad en que te mueves. 
Van a algún punto del resplandor y anidan, 
cuando las dejas libres en el aire,
esperando que un ala inexplicable 
te lleve hasta su vuelo.
¿Es más que su sabor el gusto de la vida?



GOTAS

¿Se hieren y se funden?
Acaban de dejar de ser la lluvia.
Traviesas en recreo,
gatitos de un reino transparente,
corren libres por vidrios y barandas,
umbrales de su limbo,
se siguen, se persiguen,
quizá van, de soledad a bodas,
a fundirse y amarse.
Trasueñan otra muerte.


Os dejo enlace para que podáis leer una breve biografía de la autora premiada  y conocer también  otros de sus poemas. En la Biblioteca del campus de Madrid os espera el libro comentado (BOC POE uru), tiempo de disfrutar con Ida Vitale y con las otras dos grandes autoras de la llamada, Generación del 45, Idea Vilariño y Amanda Berenguer ¿cuál es vuestra preferida?

María Dolores López

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